Es un recuerdo de infancia, de olores y colores que nos transporta a las prístinas montañas Dauni en Puglia.
Entre la densa vegetación y el mar cristalino del Gargano se encuentran brotes espinosos y puntiagudos característicos del Prugnolo. De aquí nace nuestra ginebra de endrinas.
La estacionalidad de las materias primas nos permite producir sólo unos pocos ejemplares al año.